domingo, 1 de marzo de 2015

El cementerio de blogs

Hay en el ciberespacio un cementerio de blogs. Lo estuve visitando y me pasmaron sus dimensiones. Allí reposan cuantos blogs carecen de lectores, miles y tal vez millones. Recorrí varios kilómetros de blancos paredones, con miles de lápidas sencillas en las que se señalaban el nombre, la fecha de nacimiento, y la fecha del último lector del blog difunto.
Bajo la impresión de tan dantesca visión, consulté al sepulturero, un tipo seco, flaco y huesudo, que me recibió con amabilidad fría (en la versión inglesa se decía que tenía una personalidad detached, epíteto que jamás acabé de comprender). Me explicó que a un blog se le da cibernética sepultura en el gran mausoleo de los blogs que allí reposan cuando se ha quedado sin lectores durante varios años, y añadió que había diferentes categorías.
La primera es la de los abortivos, que murieron al nacer y jamás hallaron un solo lector. Pero allí siguen dormidos en su tumba. Algunos son verdaderos monstruos, engendros absurdos; pero los hay hermosos, que podrían haber alcanzado un vigor magnífico, de haber hallado su primer lector. Entre los blogs abortivos causan especial tristeza los que tuvieron un creador o creadora asiduo, que intentaba día tras día introducir nuevas entradas, esperando que ahora sí llegaría el lector que jamás vino. Con el tiempo, sin embargo, perdieron todo entusiasmo y lo dejaron morir, o tal vez lo mataron.
Los siguen en cantidad los blogs huérfanos, aquellos cuyos creadores murieron o que los abandonaron, después de un comienzo que consideraron auspicioso. La mayoría alcanzó una vida efímera, con muy escasos lectores –casi todos, lectores obligados, que leían con pereza, por cumplir con el deber de satisfacer el ego de su autor: un amigo, pariente, amante, jefe o maestro del obligado lector. Pasaron los días, nadie más se acercó a leerlos, los obligados tampoco regresaron y el autor fue perdiendo los ánimos del comienzo, se sintió fatigado, y lo abandonó. Son blogs que causan especial tristeza, porque sobre su lápida no se ve tan siquiera una flor.
Luego vienen los que fueron víctimas de mano criminal. Según me explicó el sepulturero, ocupan un mausoleo especial, en un búnker al que no pueden entrar quienes les dieron muerte, por lo general dictadores o países u organizaciones de extrema (derecha o izquierda, no importa; lo que importa es que son de extrema algo). Se conserva la esperanza de que algún día podrán salir de allí, y revivir.
La última categoría es la de los blogs que fueron exitosos y ya cumplieron su ciclo vital. Ocupan un mausoleo especial, más cuidado. Además de la fecha de su nacimiento y defunción, cada lápida incluye la lista de sus realizaciones.
–Pero no hay blog tan grande ni tan glorioso que no muera –me dijo el sepulturero–. Siempre que asistimos a las ceremonias de triunfo de los blogs, les recordamos a cada momento, como hacían los romanos con sus emperadores que celebraban el triunfo, Memento, Blog. Y créame, hay más de un bloguero que se ha burlado de nosotros. Pero el que ríe último ríe mejor –y el sepulturero rio, con una desagradable risa sarcástica.
Al despedirme, le pregunté: –Dígame, ¿qué pasa si alguien llega hasta el cementerio y lee uno de los blogs que están allí enterrados?
–Si lo lee de veras, el blog resucita. Por eso me disgustan los lectores: atentan contra mí, contra mi razón de ser. Pero ese blog resucita y me deja la tumba vacía. Ahí me toca esperar, hasta que vuelva a morir...–y reía de nuevo.

Al salir del cementerio pensaba que ojalá este blog mío tardara en caer en manos del sepulturero.



Envigado, 1 de marzo de 2015

4 comentarios:

  1. Javier, y que pasó con el blog de Aleja? Está en el "vacio"? Ni siquiera en el cementerio? O estará en el limbo?
    Dile al sepulturero que te lo ayude a encontrar para revivirlo......

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  2. Sería crear una nueva categoría: la del limbo: "que deja de existir antes de nacer"

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    1. Pero cabría otra posibilidad: que aún no ha nacido porque está en período de gestación, pero que sí va a nacer. Lo importante sería cuidarlo durante esta etapa, para que naciera saludable. Sin embargo, reconozco que es muy fácil que el pobre feto muera y acabe metido en un frasco de formol en la Facultad de Medicina.

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  3. Una nueva respuesta, que llega con 6 años de retraso (como si la hubieran enviado por el correo nacional) es que ya, por fin, volvió "El Blog de Aleja", pero esta vez lo hizo en la forma de un libro en Kindle, que se llama: "Imago: El Blog de Aleja". Allí lo encuentran, en Amazon.com.

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